Historieta de Carlos Mazón en el bar.
Carlos Mazón ha pasado de ser un político prácticamente anónimo, a ser reconocido por toda la ciudadanía del pueblo de Valencia.
Últimamente (y no se explica por qué), cada vez que sale por las calles de su pueblo, nota como se le van clavando las miradas de sus vecinos. No puede evitar sentirse como una estrella del rock.
Siempre ha sido muy campechano y no hay nada que le guste más, que disfrutar de una buena comida en un restaurante tranquilo. Le apasiona poder degustar un vino observando a la gente de la calle y sentirse afortunado por la gran labor que realiza en la Generalitat de Valencia.
Caricatura de Mazón en la barra del bar.
Una de las mayores virtudes de Carlos, es darse cuenta de cada pequeño detalle anómalo que se produce y siempre ha sacado mucho provecho de esa gran cualidad a la hora de gestionar su cargo de presidente. Aunque sí que es verdad que últimamente está notando cambios en el comportamiento de sus vecinos. Imagina que es por el tiempo, que hace que la gente esté más irritable.
Viñeta de humor de Mazón degustando un buen vino.
Otra de las cosas que ha notado desde un tiempo a esta parte, es la cantidad de palabrotas que dice la gente a su alrededor. Muchas de ellas, si no fuera porque se sabe un tipo muy querido y respetado en su tierra, pensaría que van dirigidas a él. Tampoco se le escapa la falta de profesionalidad de los empleados de los comercios y la perdida de calidad en sus productos y el elevado precio de ellos. Menos mal que paga la Generalitat, porque si no en alguna ocasión se habría tenido que quedar fregando platos para poder hacer frente a la cuenta, incluso habiendo tomado un vulgar café. Alguna vez ha pensado en irse una temporada a otra ciudad, pero piensa que como en su casa, con el amor de su gente, en ningún lado.
Retrato de Carlos Mazón.
